Compártelo :)

¿Tu hijo adolescente tiene la uña larga?

¿Tu hijo adolescente tiene la uña larga?
Hay ocasiones es que, aún sin tener necesidades económicas apremiantes, algunos adolescentes toman lo que no les pertenece y, peor aún, se habitúan a hacerlo.

¿A qué se debe esto y cómo podemos enfrentar esta situación? En primer lugar, hay que tomar en cuenta que no hay una sola causa para este tipo de conducta; en realidad, son muchos los factores que pueden llevar a un adolescente al mal camino.

Entre estos factores se encuentran:
- Situación económica con severas carencias.
- Conflictos emocionales o psicológicos, como por ejemplo, falta de cariño.
- Sentimientos de vacío debido a un hecho traumático o a un entorno en el que se le ha brindado poca atención.
- Entorno conflictivo en la familia o en la escuela.
- La influencia de malas compañías.

Si observamos, de todas las anteriores, sólo la primera causa se refiere a cuestiones materiales y económicas; el resto se relaciona con un entorno emocional y psicológico inadecuado para el buen crecimiento del adolescente, que toma lo que no es suyo para llenar ese vacío, para más tarde descubrir que no fue suficiente, y reincide.

Es muy probable que el chico o chica esté intentando llamar la atención que no tiene de sus progenitores, maestros o amigos; incluso es posible que busque la aprobación de éstos últimos mediante la transgresión de la norma. En el fondo, es necesidad de ser reconocido y aprobado, necesidad que no es satisfecha en su entorno familiar.

¿Cómo evitarlo?
Pues lógico: Si el niño es pobre, muy pobre, y roba, no podremos sacarlo de su situación económica con simples consejos, pero sí podemos comenzar a brindarle atención, preocuparnos por sus necesidades, sentimientos, ideas. La misma receta aplica para los otros casos.

No hagas como que nada sucedió; esto es un error que muchos padres cometen, y con ello se están negando a aceptar la realidad. Lo mejor es explicarle lo que está bien y lo que está mal, mostrarse comprensivos pero firmes, y predicar con el ejemplo.

Muestra interés genuino por lo que siente tu hijo, lo que hace, sus aficiones. Procura encausarlo a actividades constructivas, como la lectura, el arte o el deporte, y si puedes, comparte estas cosas con él o ella de vez en cuando.


Enséñale que toda acción tiene una consecuencia y hazle ver la importancia de encarar la situación, hacerse responsable y admitir cuando comete un error. Lo más importante es que no sólo le enseñes con palabras, sino con hechos y conductas que pongan el buen ejemplo. 

This entry was posted in . Bookmark the permalink.

Leave a Reply