Qué hacer con los hijos “problema”
Algunos padres y madres de familia sí que
son todo un caso; primero se pasan toda una vida mandando a sus vástagos a la
guardería, encargándolos a la vecina, a la mamá, a los hermanos o a algún
servicio especializado. Luego, no ponen límites a las conductas de sus
pequeños, por temor a perder su cariño; a la par, no escuchan realmente a sus
hijos, sino que les dan ‘el avión’ o los regañan por interrumpir mientras el
padre está viendo el futbol o la madre está intercambiando chismes con la
vecina.
De pronto, un día se dan cuenta que tienen
un “hijo problema” y no tienen la menor idea de cómo es que todo esto sucedió.
No seamos tan duros con madres y padres de
familia. En realidad, todos ellos se encuentran librando sus propias batallas,
preocupándose por ajustar la quincena, y la mayor parte de las veces, cargando
con sus propias carencias afectivas desde la infancia.
Volviendo al “hijo problema”, éste puede
presentar algunos o todos los siguientes síntomas: impulsividad, agresividad, rebeldía;
no dice a dónde va ni a qué hora regresa; su actitud es de rechazo hacia los
progenitores o personas que lo cuidan.
En estos casos, lo más recomendable es que
todos acudan a una terapia de familia, pero desafortunadamente, la mayor parte
de la gente descarta esta opción, o bien, no tienen acceso o recursos
suficientes para contratar los servicios de un terapeuta. Si se cuenta con
seguridad social, no está de más intentar acercarse, aunque se tarden tres
meses en agendarte una consulta. Más vale tarde que nunca.
Qué
hacer
Lo más recomendable en caso de tener un
adolescente problema en casa, es iniciar una comunicación abierta con él o
ella; al principio presentará resistencias, pero es parte del proceso.
También es preferible explicarle las cosas
que suceden cuando se toma el camino equivocado, antes de que opten por éste.
Nunca le pongas etiquetas a tu hijo; no le
digas “gordo”, “flojo”, “ladrón”, etc. Lo único que se logra con ello es
acrecentar el círculo vicioso del resentimiento y prolongará la distancia entre
padres e hijos.
No seas autoritario con él o ella, pues
aunque muchos padres creen que la mano dura es lo más conveniente, esto no
funciona con un adolescente. Lo mejor es ser comprensivos mas no permisivos,
escuchar, orientar, y de ser necesario, pedir asesoría con un especialista.