Compártelo :)

Qué hacer con los hijos “problema”

Qué hacer con los hijos “problema”

Algunos padres y madres de familia sí que son todo un caso; primero se pasan toda una vida mandando a sus vástagos a la guardería, encargándolos a la vecina, a la mamá, a los hermanos o a algún servicio especializado. Luego, no ponen límites a las conductas de sus pequeños, por temor a perder su cariño; a la par, no escuchan realmente a sus hijos, sino que les dan ‘el avión’ o los regañan por interrumpir mientras el padre está viendo el futbol o la madre está intercambiando chismes con la vecina.

De pronto, un día se dan cuenta que tienen un “hijo problema” y no tienen la menor idea de cómo es que todo esto sucedió.

No seamos tan duros con madres y padres de familia. En realidad, todos ellos se encuentran librando sus propias batallas, preocupándose por ajustar la quincena, y la mayor parte de las veces, cargando con sus propias carencias afectivas desde la infancia.

Volviendo al “hijo problema”, éste puede presentar algunos o todos los siguientes síntomas: impulsividad, agresividad, rebeldía; no dice a dónde va ni a qué hora regresa; su actitud es de rechazo hacia los progenitores o personas que lo cuidan.

En estos casos, lo más recomendable es que todos acudan a una terapia de familia, pero desafortunadamente, la mayor parte de la gente descarta esta opción, o bien, no tienen acceso o recursos suficientes para contratar los servicios de un terapeuta. Si se cuenta con seguridad social, no está de más intentar acercarse, aunque se tarden tres meses en agendarte una consulta. Más vale tarde que nunca.

Qué hacer
Lo más recomendable en caso de tener un adolescente problema en casa, es iniciar una comunicación abierta con él o ella; al principio presentará resistencias, pero es parte del proceso.
También es preferible explicarle las cosas que suceden cuando se toma el camino equivocado, antes de que opten por éste.
Nunca le pongas etiquetas a tu hijo; no le digas “gordo”, “flojo”, “ladrón”, etc. Lo único que se logra con ello es acrecentar el círculo vicioso del resentimiento y prolongará la distancia entre padres e hijos.

No seas autoritario con él o ella, pues aunque muchos padres creen que la mano dura es lo más conveniente, esto no funciona con un adolescente. Lo mejor es ser comprensivos mas no permisivos, escuchar, orientar, y de ser necesario, pedir asesoría con un especialista. 

This entry was posted in . Bookmark the permalink.

Leave a Reply